Donde colisionan la luz y la oscuridad, ahí estoy yo...

miércoles, abril 22, 2009

Tren de abril


Este poema es bastante viejito, de 1994, nunca lo quise postear porque siempre lo sentí como algo muy personal. Había pasado una semana del suicidio de Kurt Cobain, dolido por su decisión escribí algo para él. Su música casi nunca me atrajo, pero sus letras dejaron una huella indeleble en mi memoria.
Cobain reflejo como pocos la sensación de vació existencial y de incredulidad de la juventud de principios de los 90s. Hoy voy a compartir con ustedes esos versos, en humilde homenaje a este extraordinario músico.

Hoy no estaré aquí, estaré muy lejos.
Ahora quisiera hablarte y ser sincero.
Llego el abril de mis días
porque siempre maneje el vértigo.
Y con el tiempo el error fue creciendo.
Te pido perdón, no quise hacerlo.
Me equivoque, creí que era lo correcto
y tome el tren al infierno.
No, no me sigas mi amor,
este viaje no tiene regreso.
Era lógico, tenia que saberlo.
Lo más importante estaba tan cerca.
En todos lados estabas vos,
siempre conmigo y no me daba cuenta.
Cada minuto que desperdiciaba.
Cada instante que resignaba.
Mientras me trasladaba sobre las vías
de la vida a tierras desconocidas,
encontré lo que tanto buscaba.
El tiempo perdido que deseaba recuperar,
intentando muchas cosas que fracasaban.
Porque ni en mis victorias confiaba
y no me daba cuenta, no podía,
no podía comprender que me amabas.

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