Donde colisionan la luz y la oscuridad, ahí estoy yo...

miércoles, abril 18, 2007

La última novia

Ella con gran paciencia y ansiedad
me espera frente al altar.
Como siempre sucede, llego tarde.
Sonríe al verme y siento escalofríos.
Seguramente esta enojada, cansada de aguardarme.
Pero eso no parece molestarla;
ella tiene el tiempo de su lado.
Nací al cruzar la puerta de la iglesia
y fui creciendo a cada paso.
Aprendí, sufrí, fui feliz y envejecí,
recorriendo ese largo pasillo hasta ella.
Con delicadeza me acerco y le pido disculpas.
Tomo sus frías y blancas manos,
retiro el velo de su rostro
y me atrevo a ver la profundidad
de sus obscuros e inexpresivos ojos.
Entonces ingenuamente le pregunto su nombre.
Ella solo sonríe; siempre sonríe. Silencio sepulcral.
De pronto extiende sus brazos hacia arriba
y abre la última puerta que debo cruzar.

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