

Inevitable, como las olas del mar.
Indescriptible, como la profundidad de tus ojos.
Hoy desperté y mi alma fue mortal
por causa de mis irreverencias.
Los dioses me ignoran y me temen.
Saben que guardo las llaves del abismo.
Vos rogaste por mí, por mis delitos
y te dieron el mismo castigo.
Caminamos solos entre las personas,
pero ya no me recuerdas.
Espero, atrapado en este cuerpo
repitiendo los detalles de ese amor.
Si, a veces estoy tan cansado
que Odin se escarnecería de mí.
Viste mi verdadera forma y el temor
se convirtió en cientos de cadenas.
Cadenas que ataron tu corazón
a mi destino por la eternidad.
Y pensar que con mis propias manos
arranque mis alas frente a ti.