Quiero que seas libre…

Bajo este cielo escarlata,

donde la vida nos espera,

déjame darte una sonrisa.

Yo se de tu tristeza.

Los sueños se marchitan

en el otoño del alma.

Yo se que estas cansada,

de tantos días de soledad,

de tantas lagrimas nocturnas.

Mis manos te sostendrán.

Déjame darte esperanza

y tu corazón abrazar.

Si, quiero que seas libre.

Que tus deseos sean las alas,

que te lleven a la felicidad.

Si, quiero que seas libre.

Que no te ate la melancolía

con sus invisibles cadenas.

Si, quiero que seas libre.

Para que cuando vuelvas a llorar,

sea en mis brazos, pero de dicha.

Ilusión

Cuando todas las luces se hayan apagado.

Cuando el brillo de la luna no te ilumine.

Y la noche te rodee con su frío abrazo.

No temas, no dudes. Pronuncia mi nombre.

Yo, que del atardecer al alba, me despierto.

Que camino entre marchitas ilusiones,

sueños rotos y un desierto de deseos.

Al escuchar tú voz, raudo te buscaré.

Confía una vez más, toma mi mano.

No temas. Déjame ser la luz que te guíe.

Siempre habrá heridas en el corazón

que solo el tiempo podrá cicatrizar.

No dejes de creer, no pierdas la ilusión.

Porque es la llama que te ayudara a seguir.

Escabroso y oscuro es el largo camino,

que te lleva hacia las luces del amanecer.

Sonreiré, cuando vuelvas a ver el sol.

Voltearas para verme y no estaré allí.

Sin arrepentirme de nada y sin decir adiós

a la oscuridad de mi mundo volveré.

Siempre habrá dolores en el corazón

que solo el tiempo podrá sosegar.

No dejes de creer, no pierdas la ilusión.

Porque es la llama que te ayudara a seguir.

Desde mi alma, una sola cosa te prometo.

Cuando cierres tus ojos y me nombres, estaré ahí.